domingo, 4 de mayo de 2014

La palabra adecuada

Si uno hubiera dicho la palabra adecuada en el momento preciso, piensa. Pero eso sería taumaturgia, además de un ego inmenso. La realidad no está a la espera de sus palabras. Nada de lo que él diga tiene una influencia decisiva en otras personas. Sin embargo, no deja de lamentarse. Si hubiera dicho algo, quizá el resultado habría sido distinto.

1 comentario:

Microalgo dijo...

Seguro que habría sido distinto. Lo difícil de calcular, lo imposible de calcular, es si habría sido mejor.

A mi hermano le concedieron y, acto seguido, le denegaron una beca para hacer la postdoctoral en Ensenada (Nuevo México), en astrofísica teórica, porque le faltaban unos meses para cumplir los 30 y aún no había hecho la mili. Se quedó ese año en blanco, objetando, haciendo la prestación social prostitutoria, dándole a un botón para que se abriera la puerta del garaje de la Cruz Roja y luego dándole al mismo botón para cerrarla. Y luego ya no se pudo reenganchar en la investigación.

Pero, ¿cómo estar seguros de que, con su palmaria capacidad para no ver algunas cosas (astrofísico teórico, me atrevo a recordarle), allí no se habría liado con Lupita, la hija virgen pero calenturienta de un narcotraficante de El Paso, que luego habría hecho un concurso entre sus hombres para ver quién era capaz de dispararle a mi hermano en un sitio donde el narco no le hubiera disparado ya?

La vida es un conjunto de válvulas que, una vez atravesadas, etc, etc, que el símil es muy manido. Pero si lo estamos pensando es que, al menos, estamos vivos, y seguro que había direcciones divergentes que nos llevaban al precipicio. O incluso al precipucio. Imposible tenerlo controlado.

Que no se nos queje, vaya. Que podría ser peor (in summary).