viernes, 4 de abril de 2014

Taxis (2)

—Oiga, no me suena de nada esta calle, ¿nos hemos perdido?
—Sólo usted.
—¿Cómo?
—Sí. Usted, quizá por el largo viaje, se ha equivocado al darme la dirección. Me ha dado una dirección que no existe, pero los taxistas hicimos un juramento para llevar siempre a nuestros clientes a sus destinos. Y eso es lo que hacemos siempre. ¿Sabe la gente que desaparece sin rastro? Son personas que dieron a sus taxistas direcciones que sólo existen en otras realidades.

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