Un momento recurrente: la clase de gimnasia (me negaba a llamarlo «educación física», para enfadar a los profesores), hay que hacer equipos y te escogen el último. Menos mal que estas cosas sólo pasan en el instituto, pensabas, pero no. Chicas que escogían a otros (para sus juegos sexuales, mucho más interesantes que el baloncesto). Editoriales que elegían a otros. Y tú, el mismo enclenque que miraba siempre con ojos llenos de esperanza tras las gafas mientras la vida iba seleccionando a otros.
3 comentarios:
Menos mal que nos quedan los momentos ocurrentes.
Y es la oscuridad la que se queda contigo.
Nah.
¿Recuerda a esos triunfadores, los elegidos en primera ronda del draft del patio?
Ahora son unos desgraciados y parece que tengan VEINTE años más que Usted.
No, no es el karma, ni chorradas de esas. Es que el éxito desgasta.
Y así seguimos nosotros. Incólumes. Frescos. Lozanos.
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