domingo, 19 de enero de 2014

La coherencia religiosa

—Tiene usted un defecto congénito en el corazón, pero no se preocupe: podemos solucionarlo con una operación muy sencilla.
—No quiero que me operen, doctor.
—¿Qué? Le repito que es una operación muy sencilla, no correrá peligro.
—Eso me da igual. Yo es que soy un cristiano estricto, ¿sabe? ¿Y quiénes somos nosotros, meros humanos, para ir enmendando el trabajo de Dios?
—Si no le operamos, vivirá menos de tres meses.
—Operarme sería como decir que Dios no es perfecto y yo no quiero participar en esa blasfemia, doctor. Para mí, la Creación no tiene tara alguna. Así que prefiero mirar para otro lado y hacer como que todo va bien.

6 comentarios:

Microalgo dijo...

A veces he pensado en estas cosas. Por ejemplo, tanto que se dice en el ámbito religioso que el suicidio es chungo (en este mismo blog se ha comentado el tema en ocasiones)... Plantarse delante del prefecto romano de la provincia de Judea y decirle con un montón de chulería "TÚ LO HAS DICHO", ¿no es equivalente al suicidio?

Anónimo dijo...

Con todos mis respetos, hay una cierta idea general de que los cristianos somos gentes anacrónicas, incultas con respecto de los avances científicos, transformaciones sociales, etcétera. No es así, por más que pueda haber casos en que sí. Una persona creyente (de la confesión que sea) puede tener tanto conocimiento o más que una no creyente, prueba de lo cual se encuentra en numerosos ejemplos. Otra cosa son los fundamentalismos de toda clase que se extienden por el mundo, pero ni siquiera esos son patrimonio exclusivo de las religiones... Un saludo.

Dejo un texto sacado de la Biblia (Ecl, 38), a propósito del post.

"Aprecia al médico y págale por sus servicios, pues también él es criatura del Señor. Y es que la curación procede del Altísimo,
mientras que las dádivas se reciben del rey. La ciencia del médico restablece al enfermo
y se gana la admiración de los nobles. El Señor proporciona remedios sacados de la tierra,
la persona sensata no los desprecia."
(...)
"Luego debes acudir al médico,
pues también él es criatura del Señor; que no se aparte de tu lado, ya que lo vas a necesitar
y, en más de una ocasión, él puede tener la solución. También los médicos se encomiendan al Señor
para que les dé acierto a fin de aliviar el dolor y encontrar remedio para salvar una vida.
¡Que caiga en manos de un médico,
quien peca contra su Creador!"

Anónimo dijo...

Microalgo, defender la verdad aunque conlleve la muerte no es exactamente un suicidio. Se supone que todo aquello tenía una intención para la posteridad que, de no haberse cumplido, ni siquiera tendríamos noticia. Todo esto suponiendo que la historia sea cierta, que aquí cada cual tiene su visión. Un saludo.

Microalgo dijo...

Pues a los judios se les perimte disimular para salvar la vida.

En fin, que sí, que reconozco mi ateísmo. Si la fe es un don, a mí no me ha sido concedido.

Pero analizando las cosas, ¿qué siente un cristiano acerca de las creencias de un aborigen australiano, que afirma que el mundo fue parido por una Gran Cangura, y que sostiene que lo que pone en la biblia es una falacia del nueve? Pues mi opinión acerca de las creencias del aborigen son, probablemente, muy similares a las del cristiano. Lo malo es que pienso lo mismo acerca de las del cristiano.

Y bueno, "que caiga en manos de un médico quien peca contra su creador" es una maldición muy chula, hay que admitirlo.

Pero es una cita espuria. No existe "Eclesiastés 38", ese libro de la Biblia solo llega al doce.

Anónimo dijo...

Perdona que no lo aclarase bien, es de "Eclesiástico", la cita es auténtica.

Respeto totalmente el ateísmo, que yo también he "profesado" muchos años. Creo que es importante el respeto entre las distintas creencias y las no-creencias, y que este respeto en demasiadas ocasiones brilla por su ausencia.

Respecto a lo de los aborígenes, le diré mi idea del asunto. Como creyente, pienso que existe algo más allá del mundo que conocemos, así como un Creador, etc. El hombre en todas las civilizaciones y culturas ha tratado de llegar a eso, probablemente guiado por una intuición o un vacío, y por eso cada cultura ha "parido" una religión diferente, si bien en casi todas se pueden apreciar algunos puntos en común, que son muy claros desde que se evoluciona (y digo "evolucionar" porque históricamente sucedió con el paso del tiempo) hacia el monoteísmo de tronco judío, que en estos momentos representa entre la cuarta y la tercera parte de la humanidad. Es decir, la diversidad y pluralidad de dioses y religiones histórica y geográfica, que para muchos es un argumento en contra de una religión en particular, yo las entiendo como un argumento a favor del contenido de esas religiones: todas las culturas buscan una misma cosa invisible, ¿no será una prueba de que esta cosa exista?

Todas las religiones pretenden la formulación dogmática de una verdad y, o bien el hecho religioso termina por desaparecer, o todas las personas religiosas deberán hacer el esfuerzo de aceptar que hay verdades "alternativas" tan respetables como la suya propia. De igual modo, pienso que las personas no-religiosas deberían aceptar que tampoco fuera de la religión hay respuestas concluyentes para todo, y por tanto respetar a quienes crean lo que, desde fuera, parecen simples mitos y leyendas.

En cualquier caso, los libros sagrados, como la Biblia, creo que, al margen de las creencias de cada uno, son una valiosísima fuente, tanto literaria como de información. Tanto daño hacen los prejuicios religiosos que se fraguan en la conciencia desde la más tierna infancia como los prejuicios antirreligiosos (que se extienden hacia todo-lo-que-tenga-que-ver-o-eso-parezca-con-la-religión) los cuales, sin embargo, están muy interiorizados en amplios sectores de la sociedad.

De todos modos, no pretendo persuadir de nada, y mis disculpas si parece que sí.

Saludos

Microalgo dijo...

Saludos de vuelta.