La editorial me mandó las tripas del libro para que comprobara que todo está bien. Es tan raro todo. Nunca pensé que alguien se encargaría de maquetar un libro mío. Y sin embargo, sólo tengo pensamientos gilipollas al respecto, como: «está bien que ellos pongan las tripas, que yo puse el corazón». En fin.
1 comentario:
Ya queda menos.
Ándele.
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