martes, 11 de junio de 2013
En la bienal
De camino a comprar algo de alcohol, nos cruzamos con un hombre que me dice en inglés: Eh, soy tu compañero de habitación. Eres el tipo francés, le contesto yo al caer en la cuenta de que es la persona con la que la organización ha decidido que tengo que compartir habitación de hotel. Nos damos la mano afectuosamente y cada uno sigue su camino, pero luego me pongo a pensar en el asunto. ¿Cómo es que me ha reconocido? Si cuando entré anoche en la habitación a oscuras él estaba ya dormido y cuando me desperté se había marchado. Además, dormí medio embozado. ¿Se acercó por la mañana a mi cama a observarme? ¿Retiró un poco la sábana para estudiar mis facciones? De pronto, ya no me cae tan bien el tipo. Ni la organización, que me hace dormir con un psicópata.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario