Hubo una época en que tenía prisa, aunque no sabía para qué. Una sensación de urgencia me acompañaba a todas partes. Te estás quedando sin tiempo, te están comiendo el terreno, da un puñetazo en la mesa de una vez o será tarde. Pero nunca supe qué era tan acuciante y finalmente me olvidé del asunto.
1 comentario:
Maldito alzheimer.
Era la vida, hombre. La vida.
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