El gobierno contrató telépatas que, desde los edificios más altos, emitían mensajes tranquilizadores a la población, que tomaba los mensajes por sus propios pensamientos: «Todo va bien, lo que pasa es que soy muy negativo, un pesimista impenitente, y por eso me parece que las cosas van mal; pero tengo que cambiar y aplaudir los esfuerzos del gobierno, que se esfuerza tanto por mí; nota mental: recordar votarles de nuevo en las próximas elecciones».
1 comentario:
So... ma... so... ma...
(Ya sé que tal vez prefiera Usted "maso, maso", pero no: es "soma, soma").
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