En el Musil se respira ambiente de guerra: dos novelistas van a dirimir sus diferencias en combate singular. Como no hay guantes de boxeo, se les proporcionará el alcohol que necesiten para embotar los sentidos y así no sentir los golpes. Hay quien ha protestado por esta medida aduciendo que afectará a la calidad del combate y que es posible que alguno de los espectadores se lleve algún puñetazo perdido. Federico Molán ha respondido que perfecto, que se considerará «un golpe de suerte» esto y se invitará de inmediato al que resulte herido. Y siempre será recordado como mártir de la literatura, ha añadido alguien. El dueño ha intervenido para quejarse: no cree que esto sea bueno para el negocio, ¿y si viene la policía? Pero no hay tiempo para responderle, ya aparecen los contendientes. A un lado, con ochenta kilos de peso y cinco novelas publicadas, Arturo Galimar, escritor nacido en Huesca. Al otro lado, con sesenta y tres kilos de peso y dos novelas publicadas, Bonifacio Serengueti, nacido en Pinares de Entretiempo y antiguo candidato a joven estrella de las letras españolas. A los dos se les ve confiados en sus posibilidades, pero todo el mundo cree que ganará Galimar, que ha leído más a Hemingway.
1 comentario:
... y le saca casi veinte kilos al otro.
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