martes, 18 de septiembre de 2012

La velocidad

La vida es una cita a la que invariablemente llego tarde, pienso siempre que se acerca mi cumpleaños. Claro, es normal ponerse a reflexionar, que el paso del tiempo nos afecta y blablablá. No sé. Algo parecido pensé cuando por fin gané MálagaCrea: tenía una sensación de incomodidad todo el rato, me sentía un impostor. Si has esperado este momento durante años, me decía. Precisamente, he esperado demasiado, me contestaba. Esto tenía que haber sucedido en 2005, por ejemplo. Entonces habría parecido natural. La vida habría sido otra. Joven escritor que gana a la primera y se pavonea. Eh, dejadme paso, que allá voy, estoy lleno de energía e inconsciencia y tenéis que mirarme todos. Pero cuando ganas a la octava, te parece que han cometido un error, piensas que esto es una improvisación, no lo que estaba en el guión. Y bien sabes que te has acostumbrado al guión. Uno al final es un perro de Pavlov sometido a los experimentos conductistas propios y del mundo. El mundo, que es el enemigo, el otro lado. El lado inalcanzable. Porque todo es una gran confabulación contra ti, claro. Es evidente. Tu nombre está en todas las listas negras. Como si alguien fuera a tomarse la molestia de anotar tu nombre, idiota. La idea original era otra, por supuesto: tener esa cálida sensación de convicción tan envidiable mientras se van cumpliendo los plazos con la puntualidad esperada. Pero no he conseguido llamar la atención, abrirme camino. No tengo ni idea de cómo se hace, ni la más remota. Así que me refugio en un mundo de ficciones, como haría un enfermo mental cualquiera, y dejo pasar los días, que pasan por encima de uno a tal velocidad que no da tiempo para nada más.

8 comentarios:

Rodrigo dijo...

Ganar a la primera o a la octava no cambia nada aquello que pudiste/puedes escribir. Si tienes claro en qué dirección vas no tiene por qué influirte la aprobación (o no) de los otros. Condicionar lo que uno escribe al éxito/rédito/reconocimiento que obtenga por ello es un fracaso garantizado.

Gabriel Noguera dijo...

Un escritor lo que quiere es publicar, que escribir ya lo hace solito.

Rodrigo dijo...

Muchos escritores mediocres publican, pero ninguno escribe una obra que merezca la pena.

Gabriel Noguera dijo...

Pero para la posteridad hay más tiempo.

Rodrigo dijo...

Ánimo con ello, si ves que no hay manera de ganar concursos y publicar lo importante es no tirar la toalla. El resto ya llegará. Por otra parte, digo yo que dentro de 10 años más de la mitad de lo que lea la gente será en soportes digitales, para lo cual en principio no hace falta editores ni grandes sumas a la hora de autoeditar. Eso tiene que abrir nuevos horizontes a todos aquellos que queriendo publicar se han quedado en las puertas de un sistema editorial tan nepotista e interesado.

Microalgo dijo...


"Y si es que son de justa literaria, procure vuesa merced llevar el segundo premio; que el primero siempre se lleva el favor o la gran calidad de la persona; el segundo se le lleva la mera justicia; y el tercero viene a ser segundo, y el primero, a esta cuenta, será el tercero al modo de las licencias que se dan en las universidades" (Miguel de Cervantes Saavedra: El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha).

A la octava ya no cuenta, esto.

Alejandro Morales dijo...

Los premios y reconocimientos en cualquier faceta artística obedecen a una necesidad meramente lucrativa y que permita poder entregarte a tu expresión por entero.

Lo que hago lo hago para mí. Yo soy mi mayor lector, mi peor público y crítica. Publicar es otorgar al público, compartir; pero sin esperar nada a cambio.

Fdo.: Un enfermo mental.

Anónimo dijo...

Enhorabuena.