«En el colegio de monjas nos hablaban muchísimo de Dios», dice la chica. «Es increíble que se pueda aprender tanto sobre nada. Todas esas horas dedicadas a memorizar algo inventado. Como esos chavales que aprenden
klingon, aunque lo suyo es por afición».
2 comentarios:
Y muy pocos de los que saben Klingon se cabrena si les dices que los Klingon no existen. Lo más probable es que te digan "toma, claro. ¿Tú qué eres, gilipollas?"
En fin.
Un día se hará la luz. Espero que no sea por una detonación nuclear.
Cabrena = cabrean, por supuesto. Jodidas prisas.
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