Habrá observado (o no) que no se refleja en el espejo. No, no es usted  un vampiro, simplemente es invisible. Esto puede ser una maldición, pero  también una ventaja, si sabe aprovecharlo. En el club de los hombres  invisibles nos reunimos para compartir experiencias y asesorarnos en el  complicado día a día. Cómo hacer para no ser atropellado al cruzar la  calle; cómo hacer para que nadie se siente encima de uno en el cine;  cómo hacer para afeitarse correctamente. Son cuestiones que tratamos de  resolver con la ayuda de todos.
3 comentarios:
Y yo, enfermo, sólo pienso en vestuarios femeninos.
Los hombres invisibles pueden votar por correo.
Quieras que no, es un alivio.
Hola me llamo Invisible y no me tienen en cuenta. Bonita metáfora de lo que pasa con el trabajador/ora de a pie.
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