AMADOR: Perdone, señorita, pero no puedo evitar mirarla.
VIOLA: Es que soy bonita, es normal, no se preocupe.
AMADOR: Me temo que es más que eso. Creo que la amo.
VIOLA: ¿Así, de repente?
AMADOR: En efecto.
VIOLA: Igual le ha dado mucho el sol en la cabeza. Hay que ponerse sombrero, que vuelve a estar de moda.
AMADOR: No sigo la moda. Pero a usted sí la seguiría.
VIOLA: Vaya, eso es inquietante.
AMADOR: Claro que es inquietante: es amor.
VIOLA: ¿Cómo va a ser amor? Tendremos que conocernos antes, ¿no?
AMADOR: Yo la amo y la amo ya. No soporto la contingencia.
VIOLA: Pues vaya al baño.
AMADOR: Contingencia, no incontinencia.
VIOLA: Perdone, es por culpa de los estereotipos, que me obligan a ser así. Porque soy guapa, ya sabe.
AMADOR: Sí que lo sé: la amo. Me llamo Amador y hago honor a mi nombre.
VIOLA: Yo me llamo Viola. Una vez me perdí de pequeña y detuvieron a mi madre por gritar mi nombre en la calle. Pensaron que incitaba al delito.
AMADOR: En ese caso, tendría que estar usted en la cárcel. Porque también incita al delito.
VIOLA: Cada vez me da usted más miedo.
AMADOR: Lo desconocido siempre da miedo. Pero no tema y ríndase al amor.
No cae el telón, pero salen unos derviches a bailar.
4 comentarios:
Ni Woody Allen lo hubiera escrito mejor. :D
Me encnantan sus entradas teatrales, Maese Noguera.
Cuando entra en un bar, ¿hace Usted entradas así de teatrales?
"Encnatan". Todo un clásico del error de tecleo.
Sería fascinante, porque siempre he pensado y he utilizado en muchas ocasiones los versos de E.E. Cummings "encontrándose dos extraños comienza la vida..."
Y porqué no, es más amor cuando proyectas para el otro, disfrando quizás el mundo o es más amor cuando el conocimiento nos lleva a la estocada muerte de la rutina y no te apetece porque estás hastiado de saber...
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