domingo, 5 de febrero de 2012
Hermanos de letras
«Don Luis, por favor, fírmeme un autógrafo, me encantan todas sus novelas», me dice un señor en la calle. Pero yo no me llamo Luis, sino Felipe y, por si esto no fuera bastante, no soy un escritor de éxito. De hecho, mi única novela pasó desapercibida y desde entonces no he publicado nada más. Pero le digo que sí, que por supuesto, que es un placer. Y firmo aprovechando mi parecido físico con Luis, mi supuesto hermano de letras, por sentirme durante un momento exitoso, aunque se me ocurre que esto es otro nivel de plagio, pues el que plagia sabe que el aplauso que recibe no es en realidad para él, pero lo único que le importa es que el que aplaude piensa que sí.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
El darle más importancia a lo que piensen los demás que a lo que piense uno mismo...
Gran cagada.
plagio, que palabra tan fea... cada vez me gusta menos la lingüística xD un saludo!
¡Pero si esto lo escribió Unamuno! ¡Te pillé!
Publicar un comentario