Has estropeado mi lucha política, le dice él. Yo antes no creía en nada. Era anarquista, nihilista. No estaba para nada conforme con el mundo y quería cambiarlo. Pero tú me haces creer en cosas. Haces que no quiera cambiar nada, pues todo me parece maravilloso de pronto. Haces que me vuelva conservador y apoye el sistema, pues lo nuestro es la prueba de que el sistema funciona. Tu amor me aburguesa. Tu amor es contrarrevolucionario.
7 comentarios:
jajajaja... pues vaya, fíjate yo soy ácrata y creo en cosas, tengo valores y estoy influenciada por el nihilismo positivo Nietzscheriano ;) ¡viva el amor revolucionario!
Y es que los tópicos del amor son una verdad universal.
El amor es un invento del mercado.
A mí, más que aburguesarme, me hamburguesa.
Pues que tipo de amor más poderoso, ahora me pregunto yo, ¿quizás yo no haya tenido nunca esa sensación?
A mi en tal caso, se me ha ocurrido cambiarlo todo, revolucionar el planeta, llenar la ciudad con un nihilismo positivo y optimista que produzca cegera en los pensantes y los amigos que me dicen, que me disperso en el amor...
Que rico el amor revolucionario, que me hace cada vez más, tanto más
de lo que pensaría, admitiría, aceptaría, disfrutaría, viviría, entendería, apreciaría, saborearía, imaginaría y tantos más ías después de cada revolución...
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