—Porque te he buscado toda la vida, ¿sabes?
—Qué exagerado.
—No, te lo digo en serio. Te he perseguido siempre a ti. Estoy obsesionado contigo.
—Zalamero.
—Y pensaba que nunca te iba a conseguir, como si fueras mi Moby Dick.
—¿Qué?
—Ya sabes. ¿No has visto la peli de Gregory Peck? Basada en la novela de Melville.
—Sí, sé de lo que estás hablando: de una ballena. Estás diciendo que soy la ballena que has perseguido siempre.
—Bueno, no es exactamente así.
—Vamos, que me estás llamando gorda.
—No, no, es un símbolo, nada más que eso.
—Y pensar que te he dado una oportunidad. Qué tonta, joder.
—Pero...
—Vete a la mierda.
8 comentarios:
ejem...hombre, esque no es el mejor ejemplo...hay muchisimas más peliculas o novelas para comparar. Las mujeres somos muy suceptibles, jejejejeje
Un besote!
Es que con la comparación te has cubierto de gloria, eh?! ;)
Besos.
"Tú eres mi Shangri La", por ejemplo, habría sido más efectivo, aunque...
... en todo caso, si se mosquea por una de esas y no pilla el sentido literario, búsquese a otra. Sí, tenía unas tetas preciosas, ya lo sabemos, pero.
No hay mal que por bien no venga. Sus lares y sus manes han cuidado de Usted y le han librado de esa histérica. Congratuleichons. C'est la vie.
Ay qué inocencia masculina. Nunca, nunca, nunca, mencionar nada similar o remotamente asociable a ballenas o vacas.
Yo me hubiera quedado absorta en la primera frase. Pero sí, así en frío, muy poquito tacto..
Eres como El Dorado, eres mi Utopía... yo qué sé, cualquier cosa, pero mira que llamarla gorda...
un amigo me dijo una vez...a una mujer nunca le hables de ballenas, vacas, cerdos(o similares) y nunca pronuncies la palabra celulitis..jaja.
de todos modos, casi con toda certeza, si no hubiera sido por eso...hubiera sido por otra cosa..te hubiera mandado a la mierda igual
Muahahaha, pringao, eso es algo que hay que saber. El campo semántico "gorda, animales gordos, cosas gorda..." tiene una averia espaciotemporal (Como bien muestran los diagramas de esta peli http://www.youtube.com/watch?v=aGm-hoFk0Qg) curvándose hacia una gravedad sin fondo ni esperanzas.
Yo un día le dije a una amiga enormemente femenina, paciente, filosófica y afable, de largas pestañas, que sus ojos me recordaban a los de una vaca. Lo mio si que tiene delito, lo mio, no fué ficción.
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