Le dejo una carta de amor cada día en el buzón. Ella no contesta nunca, pues no sabe mi nombre, ni mi dirección, ni nada. Es una correspondencia unidireccional, aunque no es en realidad correspondencia, claro, que ella no puede responder. La vía de comunicación sólo está abierta en un sentido, que es el de declararle mi amor cada día. Es un amor desesperado, se podría decir, pero por elección. A mí me basta con dejarle ultimátums románticos, aunque esto es una forma de hablar, ya que no son ultimátums, pues a diario recibe uno nuevo, uno más. Exigencias definitivas diarias.
3 comentarios:
"ultimátums románticos" que bello con una música de Chopin de fondo...
La que pilla la carta todos los días es su madre. Que lo sepa Usted.
Suena bonito. Aunque triste para ella, como decida corresponder...
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