sábado, 26 de marzo de 2011

En la mirada

«¿Qué letra ve aquí?», pregunta el oculista, y el paciente responde: «una teta». El oculista menea la cabeza, aunque no está seguro de que el paciente pueda verlo, y le explica que es la letra a. Apunta a la siguiente letra y repite la pregunta, a lo que contesta el paciente: «un culo». Es la letra o, pero el oculista se limita a suspirar. «Ahora voy a hacerle una revisión ocular», le informa, «apoye la barbilla aquí y mire al frente». El paciente obedece y se coloca con cuidado para que se asome a sus ojos el oculista. Éste examina primero el ojo derecho y lo que ve le deja sin habla, pues ve a una mujer desnuda. Una mujer en la ducha, concretamente. El oculista se frota los ojos (aunque se lo desaconseja siempre a sus pacientes) y le echa un vistazo ahora al izquierdo. En éste no hay una mujer, sino dos. Juguetean en la cama, se besan, se tocan con lascivia irresistible. Cómo explicar todo esto, se pregunta el oculista. Y encima con una erección, lo que no es nada profesional.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Que gran visión la suya, ojala se pudiese ver en los ojos de la gente lo que se les pasa por la cabeza en imágenes, iría todo el mundo con gafas de sol seguramente :D

Miriam Dauster (poetryandmore) dijo...

¡Ay de nosotros! si viéramos lo que ven los ojos de los demás..!

sonia marpez dijo...

Pues que seguramente todo el mundo seguiría haciéndose el ciego a la hora de la verdad.

Microalgo dijo...

A veces miro hacia abajo y (me) digo "¿pero qué has visto tú que yo no he visto?"

Ficticia dijo...

Definitivamente debería dejar de leerte en el trabajo.
Al final tendré problemas.