viernes, 10 de diciembre de 2010

La voz

La voz, que bien podría ser Dios o Satanás, le ordena al hombre que se levante de la cama y se enfrente a la vida, que le está esperando. Esto no es justo, piensa el hombre, que la vida está armada y es peligrosa y él sólo es oficinista. La voz lee los pensamientos del hombre y le acusa de cobardía y desacato. Él se pregunta si no podría haberle tocado una voz más simpática, aunque le ordenara asesinar a sus familiares o algo por el estilo.

2 comentarios:

Microalgo dijo...

Uh. Eso debería hacérselo mirar, ese hombre...

Anónimo dijo...

nunca estamos satisfechos con las voces que tenemos.