jueves, 17 de diciembre de 2009

Objetos perdidos

Pensando en la pérdida. Son las siete de la tarde, una hora menos en Canarias. Mi mujer está en el otro cuarto, al teléfono, contándole mentiras a su madre. Mi marido es un enfermo, imagino que le dice. No es verdad, su marido sólo es diferente. Sucede que a veces pierdo el contacto con la realidad, pero no es tan grave. No es tan grave perder la vida como quien pierde la maleta en un aeropuerto. Porque siempre la vuelvo a encontrar luego, aunque sea en Singapur. Siempre recupero la vida, aunque de vez en cuando me la deje olvidada en la barra de un bar.

No hay comentarios: