sábado, 18 de julio de 2009

Dolencias

—Tiene usted metástasis de amor —anuncia el doctor.
—¿Cómo es eso?
—Mire la radiografía. El amor se le ha extendido a estómago, pulmones, cerebro...
—Por eso no como, me paso el día suspirando y no duermo.
—Sí, eso es.
—¿Y ahora qué hacemos? ¿Quimioterapia? ¿Radioterapia?
—Depende. Primero hay que determinar el origen de la enfermedad. Es decir, quién es la causante.
—Creo que mi vecina. El otro día llevaba una blusa muy escotada.
—Bien. ¿Qué hizo ella para que se enamorara usted? ¿De qué hablaron?
—De nada, simplemente me crucé con ella en el rellano y quedé extasiado. ¿He mencionado que es muy tetuda?
—Le parecerá bonito enamorarse de unas tetas.
—Doctor, cada uno se enamora como puede.

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