jueves, 16 de marzo de 2006

Last days of poetry

No hay más heridas que las que dejan tus besos, querida mía, olvidé decírtelo cuando salías por la puerta. En el fondo creía que volverías, por eso me callé, pensando que te gustaría más oírlo cuando nos riéramos de todo esto, de nuevo abrazados. Recuerda que lo que te gustó de mí es que era un soñador.

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