Borro cientos de mensajes de mi cuenta de correo electrónico. Necesito espacio, casi me he quedado sin él después de veinte años. Y es una pena borrarlos porque sirven para cartografiar una vida. Billetes de avión, reservas de hoteles. Viajes que podría olvidar si no fuera por estos recordatorios. Pero no es que fuera a mirar estas cosas en unos años, ¿no? Quién tiene tiempo para rebuscar en viejos emails. Y la posibilidad de futuros biógrafos parece bastante remota.
1 comentario:
Lo que no se recuerda por algo será. Sos de los que guardan cosas también no? Bienvenido al club ja, saludos.
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