La verdad es que creía que estaría peor a mi edad, aunque esto lo pensaba cuando era joven y pasar de los cuarenta me parecía el fin de la vida. Ahora soy magnánimo porque no tengo más remedio, uno se acostumbra al rostro que le devuelve el espejo. Pero es cierto que pensaba que estaría mucho peor y no es para tanto; quizá el exceso de canas en la barba. Por suerte, no ha habido mucha decadencia porque partíamos ya de una situación bastante precaria con respecto a la belleza.
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