Al principio, a nuestra civilización le costó expandirse por el universo, sí. Los viajes espaciales eran caros y lentos. Todo cambió cuando desarrollamos un método para transformar el odio en una fuente de energía. A diferencia del petróleo o el uranio, por fin teníamos un combustible que jamás se agotaría. A partir de entonces, conquistar otros planetas y llevarles la civilización fue una tarea sencilla.
1 comentario:
Sería gracioso si fuera verdad
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