—¿Por qué cree usted que deberíamos contratarlo en esta empresa?
—Soy una persona de grandes ideas.
—¿Y paga impuestos por esas ideas?
—¿Cómo dice?
—Que si declara esas ideas a Hacienda o disfruta de ellas en negro.
—Pero ¡son ideas! No son cosas tangibles.
—¿Acaso nunca ha oído hablar de los bienes inmateriales? Además de defraudador, es usted un inculto.
2 comentarios:
Muy bueno. Defraudadores hay de todo tipo. Los que saben mover el dinero, los que saben mover influencias... Incluso hay aquellos locas que le hechan cara e ilusión a la vida, pensando en sólo su ingenio y a veces acaban por defraudarse a sí mismos. Saludos.
Caray!
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