¿Y no le gusta a usted sentarse a contemplar la vida? Yo lo practico a menudo. Me siento en un banco del parque y miro a la gente que pasa. Intento disimular la cara de no entender nada, claro. No sea que se den cuenta y, qué sé yo, avisen a las autoridades.
2 comentarios:
Nada hay que incite más a la autoridad que el alelamiento.
A la policía del pensamiento quizá?
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