miércoles, 17 de abril de 2019

Usted no es usted (3)

Me llama al día siguiente la directora de la oficina de Correos. Me cuenta que habitualmente hay problemas con esto de los nombres para lo del voto por correo y que lo mejor es que lleve un documento de la oficina electoral que acredite mi identidad. Le digo que esa misma mañana he ido al ayuntamiento a por el volante de empadronamiento y si eso valdría. Fenomenal, sí, que ahí aparece el número de DNI, me contesta. A la tarde me presento allí y entrego el documento. Dulce, dulcísima victoria cuando contemplo la expresión de derrota en el rostro de la empleada loca. No, la vida no es tan interesante y alocada como ella se imaginaba. Y ni siquiera posee poder al final para secuestrar un voto, si es que eso le interesaba. Sería bonito decir que me da pena, pero lo cierto es que no me da ninguna. Bailo sobre la tumba de su dignidad y me llevo mi voto a casa.

2 comentarios:

mailconraul dijo...

El poder de secuestrar los votos está en manos de los políticos.

Ikana dijo...

Menos mal, la locura no ganó este asalto...