—El gran pesar de mi vida es la timidez.
—Hay cosas peores.
—Coño, pues claro. Pero eso no aligera mis pesares.
—¿Qué otros tienes?
—No saber dibujar.
—¿En serio?
—Sí. Me encantaría dibujar bien, creo que me pasaría el día dibujando cosas.
—Es cuestión de práctica.
—Creo que también hace falta algo de talento, pero digamos que tienes razón: quizá con la práctica intensiva podría llegar a dibujar de manera aceptable. Pero no hay práctica que valga para superar la timidez.
—El alcohol ayuda.
—Sí, es un sistema que no me molesta probar. Una y otra vez.
2 comentarios:
La timidez, he leído por ahí, es falta de aptitudes. Y éstas, pueden aprenderse.
Tómate tu tiempo. No te apresures. No te entregues al deseo irreflexivo de desear exhibir toda línea que traces. Diviértete en la órbita del garabato.
Y cómo ha dicho Dalí, «No te preocupes por la perfección. ¡Nunca la alcanzarás!»
¡Salud!
Creo que a todos nos gustaría saber dibujar bien jeje
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