martes, 26 de febrero de 2019
De la elocuencia
He tenido la suerte de asistir a varias charlas de Antonio Orejudo y puedo decir que escucharlo es siempre un placer. «Claro, es que es escritor, trabaja con las palabras, ¿cómo no se le iban a dar bien las conferencias y coloquios?», podría aducir alguien. Ay, yo me considero escritor (he publicado algunos libros, al menos) y ya me gustaría saber hablar en público con soltura y precisión. Dejarlo por escrito en casa es sencillo, lo haces en bata y sentado cómodamente, lejos de las miradas de una multitud, pero ¿hilar los pensamientos y además verbalizarlos en presencia de otras personas? De personas desconocidas, encima. Una labor imposible.
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1 comentario:
A mí se me da muy mal hablar en público, pensar con la cabeza fría yyyyy... la diplomacia ;_;
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