jueves, 14 de febrero de 2019

Amores

—Buenas tardes, venimos a detenerlo por estafa.
—¿A mí? Tiene que tratarse de un error.
—Pues no. ¿No le dijo usted a Marta que la quería?
—¿Marta? ¿De qué me está hablando?
—Su novia del colegio, hombre. ¿Es que ni siquiera la recuerda? Acaba de demostrar con esto que no era sincero en sus promesas de amor.
—¿Qué? Pero éramos unos críos, esto no es serio.
—¿Entonces está reconociendo que mintió?
—No, es verdad que estaba enamorado de ella. Pero éramos jóvenes, ¿qué sabíamos de la vida? Mis sentimientos eran sinceros, sólo que inmaduros. Han pasado muchos años, las cosas cambian.
—Vamos, que los amores prescriben, ¿no?
—Pues sí, aunque parezca algo triste.
—No importa, todo quedará aclarado ante el juez. Y sepa que se leerán en público las cartas y poemas de amor juveniles que le escribió usted a Marta. Venga, en marcha.

1 comentario:

Ikana dijo...

Uuuuuuuh, culebrón :D