Después de enfrentarte a una situación difícil te sientes aliviado simplemente por haber podido hacer algo. Pero luego te entran los remordimientos. Tendrías que haber hecho más, te dices. Aunque sea muy injusto pensar así, que es muy fácil juzgar cuando lo observas tranquilamente desde el sofá de la memoria. Lo cierto es que había que actuar deprisa, de manera instintiva y lo hiciste lo mejor posible. Esto, sin embargo, casi nunca parece suficiente.
1 comentario:
Y bueno. Tampoco es para mortificarse. A veces uno hace más de la cuenta, y eso tampoco es bueno.
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