Un borracho camina junto a la carretera. Enarbola sobre su cabeza un paraguas deshecho, aunque apenas llueve. De pronto, una ráfaga de viento se lo arrebata de la mano. El borracho se encoge de hombros cuando el paraguas cae en el asfalto, pero una motorista impacta con él y acaba en el suelo con gran estrépito. El tráfico se detiene y el borracho, de rodillas, se lamenta con amargura. Si él lo hubiera sabido, repite. Si hubiera sabido que paseaba con un instrumento mortal en la mano.
1 comentario:
... me habría ido a pasear a Moncloa.
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