—Oye, ¿vienes a ver mi obra de teatro?
—¿Es gratis?
—No, la entrada cuesta diez euros.
—Lo siento, no puedo permitírmelo.
—Venga, hombre, diez euros es poco dinero.
—¿Es poco dinero? Entonces págame tú la entrada.
—¿Qué? No seas absurdo.
—Ah, ya veo: valoras si una cantidad es alta o baja en función de si tiene que pagarla un tercero o tú. Qué caprichosas pueden llegar a ser las matemáticas.
1 comentario:
Sofisma vil.
Si se la paga e él, ¿a cuántos más?
No way.
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