Hay quien concibe la patria como una prisión para sus habitantes, una extraña prisión que has de amar por miedo a represalias. Decía Maquiavelo que es difícil ser amado y temido al mismo tiempo, por lo que es más seguro ser temido. Sin embargo, los patriotas se empeñan en alcanzar el amor a través del miedo. ¿No podrían al menos optar por el síndrome de Estocolmo?
1 comentario:
Es todo mucho lío, esto de la patria.
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