sábado, 30 de septiembre de 2017

Pornoterrorismo

Leo en el periódico que David Cameron, el primer ministro británico, le ha declarado la guerra al porno. Al parecer, el hombre quiere que en los hogares británicos esté vetado el porno por internet a no ser que el pater familias, por ejemplo, se declare pornófilo (supuestamente, en listas secretas, aunque nunca se sabe). Sólo entonces podrá conectarse ese hogar libremente a la red y ver qué novedades hay en el mundo de la pornografía. No se ha dicho nada de que te manden un cura (o rabino o sacerdote equivalente) para convencerte de que abandones tus ideas desviadas, pero quién sabe, quizá esté en la letra pequeña de la ley. La excusa para todo esto, como es habitual, es proteger a los niños. Los niños, que son ingenuos e inocentes y a los que el porno corrompe. Instauremos una ley seca de porno y las risas candorosas de los niños nos acompañarán al cielo. Cameron tuvo una adolescencia muy rara si no se da cuenta de que lo prohibido le da mejor sabor al asunto. Yo, cuando tenía trece, catorce, quince años sólo accedía a la pornografía de forma clandestina. Qué momentos de rebuscar en las cintas VHS de mi padre en busca de la última de Canal Plus. Ay, Ashlyn Gere, aquel momento en que tú y yo nos conocimos. Y comentarlo luego con los amigos en el recreo. Había uno que decía que coleccionaba películas de Rocco Siffredi, lo que a mí me parecía muy raro, ¿qué interés había en seguir las andanzas follatorias de otro hombre? Pero el caso es que el porno era maravilloso, el porno era un arte y había que ingeniárselas mucho para conseguir acceder a él. Cuarenta años en el desierto para alcanzar la Tierra Prometida y masturbarse con fruición con todos los sentidos en alerta, no fuera que apareciera tu madre para preguntarte si querías merendar algo. Luego uno se hizo mayor y llegó internet y todo el asunto fue más sencillo: todo quedó al alcance de la mano, y nunca mejor dicho. Los chavales de hoy en día no saben lo afortunados que son y me maravilla que consigan aprobar alguna asignatura. Ahora Cameron pretende que el Reino Unido regrese a una época más oscura, pero el porno es una fuerza vital de lo más poderosa. Seguramente se creen redes mafiosas de tráfico pornográfico en los centros de enseñanza. Circularán de mano en mano pendrives cargados de los mejores vídeos que se pueden descargar en, por ejemplo, Irlanda, que Tim ha estado una semana allí. Esto, como siempre, beneficiará sobre todo a las clases altas, con capacidad económica para salir del país y volver con alijos de porno que luego venderán por altas sumas a los chavales de familias trabajadoras. Otra forma más de opresión, como era de esperar de un gobierno de derechas.

Escrito hace unos años para El mirador de Torremolinos, una web que ya no existe.

2 comentarios:

toyfolloso.blogspot .com dijo...

Me maravilla que consigan aprobar alguna asignatura.
Bueno, los hartazgos hacen perder interés....

Microalgo dijo...

... después de mucho rato, claro.