domingo, 17 de septiembre de 2017

Favoritismos

Hace un par de meses ayudé a una vecina de cierta edad a subir el carrito de la compra por las escaleras, dado que el ascensor estaba estropeado. Me dio las gracias y ahí acabo el asunto. En principio, pues el otro día volvió a averiarse el ascensor, pero en esta ocasión fue mi compañero de piso quien la ayudó. Para mi sorpresa, a los pocos minutos, la señora llamó a nuestra puerta para hacerle entrega de una lata de cerveza como agradecimiento. Estuve tentado de reclamarle a la vieja bruja mi cerveza por los servicios prestados, pero supuse que no habría quedado elegante.

1 comentario:

Microalgo dijo...

El otro era más guapo. Suele pasar.

Ya le cobrará la lata de cerveza en sexo con sado-maso (no se fíe de las vecinas ancianitas, han vivido mucho y llevan muchos pecados acumulaos).