lunes, 9 de enero de 2017

Recordando a Ricardo Piglia

El mundo era joven y no teníamos ni Facebook. Yo me encontraba entonces en la cama con una simpática muchacha después de haber realizado diversos ejercicios aeróbicos muy recomendados por la Organización Mundial de la Salud. Ella, desnuda como estaba, se levantó, cogió un libro de la estantería y me pidió que le leyera un poco. El libro era «Plata quemada», de Ricardo Piglia. No recuerdo de quién fue la idea, pero acabé leyéndole un fragmento con acento argentino (imagino que lamentable) y escenificando con gestos lo leído. Creo que a Piglia le habría parecido bien, un bonito homenaje. ¿A qué escritor no le gustaría? Yo mismo fantaseo con que algún día chicas desnudas pidan a sus compañeros de sábanas que les lean algo mío. Con voz de idiota, para mayor realismo. En fin, follad, leed y que os lean en la cama, buenas gentes, que la vida es traicionera y termina sin avisar.

1 comentario:

Microalgo dijo...

Haremos lo posible.