jueves, 19 de enero de 2017

Enredos e infamias

—Buenos días, vengo a reclamar los royalties de mi obra.
—¿Y quién es usted?
—Ernesto Silvera, encantado.
—Perdone, pero Ernesto Silvera murió hace treinta años.
—En efecto, pero me reencarné en la persona que tiene delante y ahora quiero reclamar lo que es mío.
—Esto es altamente irregular. Además, los royalties de las obras de Silvera los cobra el hijo de éste, que para algo es el heredero.
—¡Ah, qué desagradecido, quitarle el pan a su propio padre! ¡Habrase visto mayor infamia!

1 comentario:

Microalgo dijo...

Buen intento, Flanaghan.