miércoles, 28 de septiembre de 2016

El trabajo

—Yo es que soy mi propio jefe, ¿sabes?
—Eso está bien, eres más feliz con tu propio horario.
—No, no, me someto a un régimen de esclavitud. Es la única manera de conseguir algo de productividad.

1 comentario:

Microalgo dijo...

Yo, en ocasiones, casi he llegado a las manos.