jueves, 5 de mayo de 2016

Soñé que era Arturo Belano

Soñé una noche que era Arturo Belano y estaba en África, vagando sin rumbo cierto en la jungla, adentrándome más y más en el corazón de las tinieblas, siguiendo los pasos de Rimbaud. Pero Rimbaud no se perdió en África, me pareció que me decía la voz de Ulises Lima. Sí se perdió, le dije, y nunca volvió a Europa: el que regresó no era él, sino un impostor. Yo busco su espíritu. O lo que dejó perdido él aquí. O quizá lo que nunca encontró, todavía no lo sé. Todavía no lo sé.
Soñé a la noche siguiente que seguía explorando las profundidades africanas y que un pájaro me hablaba con la voz de Ulises Lima. No sé qué andas buscando por aquí, carajo, me espetó. Cuando lo encuentre, te lo diré, contesté. Eso es un cliché, me respondió.
Soñé una noche más que seguía siendo Arturo Belano en la sofocante oscuridad de África. La voz de Ulises Lima me llegaba débil, como en un sueño dentro de otro sueño. Rimbaud murió en un hospital con una pierna menos, me dijo. A mí no me pasará eso, le dije con convicción, yo me niego a morir en un hospital. Lima se encogió de hombros.

Publicado en el número 3 de Obituario.

2 comentarios:

Microalgo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Microalgo dijo...

"A mí no me pasará eso", dijo.

Y se arrancó las dos piernas.

Para detective salvaje, él.