jueves, 21 de enero de 2016

La paz literaria

El dulce sonido del tecleo siempre lo sedaba. Por eso nunca conseguía terminar ningún escrito, porque se quedaba dormido.

1 comentario:

Microalgo dijo...

Un problema, desde luego. ¿Qué tal una secretaria sexy?

No, peor. Olvídelo. Café. Mejor café.