domingo, 23 de agosto de 2015

El médium

—Me gustaría que contactara usted con mi difunto marido, lo echo mucho de menos.
—No se preocupe, señora, será coser y cantar. ¿Cómo se llama su marido?
—Arturo.
—Arturo, si estás aquí, manifiéstate.
Suena un golpe en la mesa.
—Bien. Nos comunicaremos con el sistema clásico: un golpe para el sí y dos golpes para el no, ¿de acuerdo?
Suena otro golpe.
—¿Qué quiere saber, señora?
—Quiero saber si me fue fiel o se acostó con la vecina.
—¿Te acostaste con la vecina, Arturo?
Suenan dos golpes.
—¡Imposible, me lo ha confesado ella misma hoy! Es usted un farsante, no habla con los espíritus en realidad.
—Oiga, señora, ¿acaso están los muertos obligados a decir la verdad? ¡Si ya no tienen nada que perder!

1 comentario:

Microalgo dijo...

A lo mejor es que "no solo" era con la vecina, que todo hay que interpretarlo, y un sí o un no no siempre son suficientes. Están los matices. Siempre hay matices.