jueves, 26 de marzo de 2015

Inspiraciones

—Buenas, he notado que me miraba fijamente.
—Sí, perdone. Es que me soy escritor, ¿sabe? Y su rostro me estaba inspirando una historia.
—Pues muy mal, yo no le he dado permiso para inspirarse en mí.
—Oiga, que el pensamiento es libre.
—Puede ser, pero este pensamiento suyo no nace de la nada, sino de mí.
—Pero he sido yo quien lo ha desarrollado.
—¿Y qué pasa con la materia prima? ¿Le parece bonito apropiarse de ella sin dar nada a cambio? Eso es imperialismo, colonialismo. ¿Quién se cree usted para venir aquí a expoliarme así?

1 comentario:

Microalgo dijo...

Los fotones vienen del sol (o de la bombilla, yo qué sé si es un interior, pero en todo caso toda la energía, a fin de cuentas, es solar), rebotan en tu linda carita, repito RE BO TAN, no salen de ella, por radiante que te sientas, y llegan a mis retinas, que registran dichos fotones.

Así que sí, me voy a inspirar en ti para el inicio de mi próximo libro. Va de un asesinato. La chica muere de manera horrenda. Sí. Al principio. Eso es. Y no puedes evitarlo. ¿Sabes, so lista?