martes, 10 de febrero de 2015

El seductor

—¿Es aquí donde necesitan una secretaria?
—Sí, tome asiento, por favor.
—Aquí tiene mi currículum, señor Dostoievski. Comprobará que tengo mucha experiencia a pesar de mi juventud.
—Eso está muy bien, pero dígame: ¿quiere usted tener hijos?
—No sé qué tiene que ver eso con el trabajo, pero le contestaré: en el futuro, sí, me gustaría ser madre. Pero puede estar tranquilo, seguro que sabría compaginar trabajo y maternidad.
—Es usted muy bonita.
—Perdone, pero esto es acoso y me está usted incomodando.
—Es que no busco sólo una taquígrafa, también una esposa.
—No venía nada de eso en su anuncio, caballero, sólo un trabajo intensivo para un mes.
—Sí, es que tengo que escribir una novela enseguida, ¿sabe? Tengo muchas deudas a causa del juego.
—Ajá. Está bien que sea sincero, pero no creo que una confesión de ludopatía sea buena para sus intenciones matrimoniales.
—También soy ex presidiario.
—Acabáramos.

Publicado en el número 23 de Obituario.

1 comentario:

Microalgo dijo...

Y bueno, ¿se salió con la suya, o no?