jueves, 4 de diciembre de 2014

Abandone sus ridículas fantasías

Llamaron a la puerta. Era un policía con una orden del juzgado. Decía: «Abandone sus ridículas fantasías, ya no es usted joven». Qué es esto, pregunté al agente de policía, que con cara seria me respondió que una orden de desahucio. Pero si la casa es mía, aduje. No de la casa, contestó, sino de esa injustificable creencia de juventud.

1 comentario:

Microalgo dijo...

Hasta los cincuenta puede Usted mantenerla sin problemas. Luego, afírmese en la adolescencia y tan pancho.