miércoles, 5 de noviembre de 2014

El viaje a Viena

—He pensado que podríamos hacer un viaje a Viena para celebrar nuestro amor. Dentro de dos meses, que hay buenas ofertas. ¿Qué opinas?
—Pues que yo no sé si te voy a querer en dos meses.
—¿Qué?
—El amor es un elemento volátil, una inversión de alto riesgo. Ahora mismo te quiero y me apetece hacer un viaje contigo, pero ¿dentro de dos meses? Pueden pasar muchas cosas, no puedo hipotecarme así. Imagina que nos odiamos para entonces, ¿qué haríamos? ¿Perder el dinero? ¿Viajar de todos modos y pasarlo mal? ¿Simular que seguimos queriéndonos y pasarlo lo mejor posible?
—La última sería mi opción, pero ahora estoy de acuerdo contigo: no sería buena idea hacer un viaje romántico, no.

3 comentarios:

Tsukeeno's dijo...

Ni salir de casa. ¿Y si nos atropella un camión? ¿O un señor se suicida tirándose de la ventana y nos cae encima?

Javier dijo...

Jo, me gustaría a mí tener esa clarividencia. Y que se lo tomaran así de bien, sobre todo.

Microalgo dijo...

Yo, de ser el primer interlocutor (con suma habilidad por parte de Usted al escribirlo, no se sabe quién es él o ella... o si son ellos o ellas), decía que de ser el primer interlocutor, le pegaría un pellizco en un pezón al segundo y retorcería como setecientos veinte grados y mientras lo miraría con un ojo muy abierto y el otro bizqueando y parpadeante y le diría "Nnn... nos vamos a q-q-querer aún dentro de d-d-dos meses, v-v-verdad, mi vida?"

Ya puestos.