viernes, 29 de agosto de 2014

El juego favorito

El juego favorito, de Leonard Cohen, es un libro al que vuelvo a menudo, como el cristiano que busca consuelo en la Biblia. Sin embargo, las ventajas de El juego favorito sobre la Biblia son innegables:
1 - Está mejor escrito.
2 - Habla de cosas reales.
3 - Lo escribió el único dios verdadero.

22 comentarios:

Anónimo dijo...

1 - Es opinable
2 - Para un creyente también
3 - ¿De verdad lo piensa? (por cierto, ningún libro ha sido escrito directamente por Dios, desde ninguna creencia)

Gabriel Noguera dijo...

1 - La Biblia tiene innumerables fallos de guión y además está llena de paja. Piense en toda la parte del Génesis con lo de que Fulanito engendró a Menganito y luego Menganito engendró a Zutanito y etc.
2 - Las cosas son reales o no, lo que un creyente crea o deje de creer es totalmente irrelevante.
3 - Of course. Y lo mejor que tiene este dios es que existe (y se puede comprobar de forma empírica).

Anónimo dijo...

Bueno, no pretendía faltarle ni convencerle de nada. Sí, hay muchas zonas con paja, pero el grueso está formado por muy buena literatura, en muchos aspectos, al margen de que uno comparta o no la verdacidad de lo que se quiere o no afirmar. El propio Génesis es una obra maestra, desde el inicio hasta la historia de David. O el caso del Eclesiastés, largo etcétera.

En el punto 2 estoy de acuerdo, pero por el mismo motivo lo que un no-creyente crea o no es irrelevante. La cuestión es, ¿es más respetable la opinión de un no-creyente que la de un creyente? Porque si uno de los dos lo piensa, entonces (a mi modo de ver) la civilización ha fracasado. Un creyente no puede demostrar que Dios sea real, pero a la inversa tampoco un no-creyente puede hacer lo contrario.

Y en el 3, entiendo lo que dice, Cortázar solía decir que "mis dioses están en la tierra", pero no deja de ser como un oxímoron. Leonard Cohen no se ajustaría a ninguna de las definiciones "dios" que da la RAE, a menos que se considere "divino" la excelsitud de lo humano, en lo cual no concuerdo.

Siento si doy la lata, quería contrastar puntos de vista, nada más. Un saludo

Anónimo dijo...

verdacidad es una graciosa errata, por cierto

Gabriel Noguera dijo...

No quiero ofender, pero seamos serios. No estamos hablando de pasajes escogidos, sino de la obra en totalidad. Dejando aparte los fallos inexplicables de guión o cosas como que el hombre sea creado dos veces, la biblia tiene partes absolutamente infumables que una buena novela no.

Por supuesto que es más respetable y relevante la opinión de un no creyente. Infinitamente. Pretender que uno tenga que demostrar que Sauron o Cthulhu no existen es una ida de olla total. Si me apura, la realidad le da espacio para creer que tiene que haber una deidad a la que no puede poner nombre ni atributos (una deidad creadora que no interviene en la realidad y que no sabe nada de los asuntos humanos y por tanto no requiere de nuestros rezos y demás zarandajas), pero sacarse de la manga que el dios cristiano es real porque sí, porque usted lo cree... Con lo que sabemos hoy en día del universo, a estas alturas de la película, seguir hablando de un dios que nos ha creado a su imagen y semejanza (ah, el ombliguismo) y al que debemos pleitesía... que no, que no tiene justificación seria alguna.

Por otra parte, resulta llamativo que le escandalice tanto bromear sobre la creencia en Leonard Cohen (que existe y realmente crea cosas divinas) y luego defienda la creencia irracional en historias improvisadas hace miles de años en Oriente Próximo. Lo siento, pero hay mucha más divinidad en Leonard Cohen, Neil Young o las mujeres que en cualquier conejo sacado de la chistera por charlatanes teístas.

Anónimo dijo...

Bueno, esa es su opinión, yo la respeto. De hecho durante muchos años pensaba así, y creo que por esa razón puedo entender cómo lo ve.

Para mí Leonard Cohen (al que tuve la ocasión de ver en directo) y Neil Young son absolutamente fundamentales, y al igual que en su caso me parecen "divinos" (en ese otro sentido: divinos en tanto que excelsos), al igual que para mí las mujeres lo son (bueno, sólo algunas).

De todas formas comparar el Dios judío con Sauron o Cthulhu me parece poco respetuoso hacia los cerca de los al menos 2000 millones de personas que creen en Su existencia real (estén o no equivocados: usted piensa que lo están, yo no). ¿Somos tontos los creyentes? Yo soy de ciencias, y he estudiado lo mío, y también hay científicos que sí creen en Dios. Por tanto, creo que es una opinión que merece por lo menos el mismo respeto que las demás. No comparto que sea más respetable la opinión de un no creyente, incluso aun si sólo fuera por una cuestión de convivencia entre seres humanos.

Sólo un par de apuntes más (por favor, no soy charlatán ni teísta, no quiero parecerlo si es que lo parece). El Quijote también tiene sus errores: frases que no concuerdan, añadidos posteriores, errores incluso, y no por ello deja de ser considerada la cima (o una de las cimas) de la Literatura. Con esto no quiero decir que tenga trozos infumables o sobren cosas, pero éste sí fue escrito como dos novelas, y la Biblia no.

En mi opinión, ya no como creyente sino como alguien muy aficionado a la Literatura, muchas historias que se cuentan en la Biblia son geniales al margen de toda fe. En eso supongo que estará usted de acuerdo. La Biblia como tal es demasiado heterogénea como para poder ser una novela, y sí, tiene muchas partes absolutamente infumables para ser leídas, lo cual también tiene su explicación, pero yo sí pienso que tiene otros puntos donde literariamente es admirable. Otra cosa es discutir la validez del texto en tanto que dogma, leyenda, mito, creencia, o lo que sea. Eso ya depende de cada uno.

La obra en su totalidad a mí me gusta literariamente hablando, por eso de comenzar con el principio de los tiempos y terminar con el final de todos los finales. Como si todo estuviera en el libro. Eso mismo hace Cien Años de Soledad, y para mí es de sus mayores aciertos. Por otra parte, el hecho de que la Creación se narre dos veces con contradicciones, o que contenga un antiguo Código Civil y Penal (o algo parecido), a mí me parece que la enriquece, me resulta incluso algo divertido. Luego habría que ver qué Biblia se lee, si la "nuestra" (de tradición española), la judía, o la versión islámica de los mismos hechos, etcétera. Nietzsche decía algo así como que la mayor aberración de la historia había sido juntar los dos Testamentos, como si tal cosa pudiera hacerse.

Y lo último: lo de la deidad creadora que no interviene en la realidad es un invento ajeno a cualquier religión, que proviene de la filosofía y de la ciencia más o menos modernas, porque todos los dioses conocidos (aun si para usted son meras ficciones) intervienen directamente en el mundo, a menudo de forma radical, en el caso de la Biblia léase la historia de Israel, Sodoma y Gomorra, o el mismo Nuevo Testamento, o cualquier página de la primera a la última.

Por lo demás oye, me voy a permitir tutearte porque aunque anónimo llevo muchos años siguiendo tu blog (y no sigo muchos, precisamente). No pretendo polemizar ni convencerte de nada. Me gusta intercambiar opiniones, pero sí he notado muchas veces al hacerlo esa misma condescendencia hacia los creyentes como si fuéramos gente más ignorante, ingenua, o más alejada de la "realidad". Creo que es tan negativa esa actitudo como la de los que, por el lado contrario, desprecian a los que no lo hacen, o los miran por encima del hombro, que no es mi caso. Y eso por no hablar de lo que hacían en otras épocas de la historia.

Un saludo

Gabriel Noguera dijo...

A mí es que este tema me da mucha pereza, francamente. Tener que discutir lo evidente... De verdad que siento que renegara de la realidad y abrazara una superstición más que superada.

Será una falta de respeto, pero el dios cristiano juega en la misma liga de inexistencia que Sauron o los unicornios. Otra cosa es que tengamos que considerar esto un concurso de popularidad y admitir que Jesucristo tiene más admiradores que los unicornios. Pero la existencia no es un concurso de popularidad, vaya.

Me pregunta usted si son tontos los creyentes, pero no creo que ésa sea la palabra adecuada (salvo en algunos casos, claro). Sí que es cierto que anulan el juicio, pues la creencia en un dios personal se derrumba ante el menor análisis. Me cuesta entender que sea usted de ciencias y, conociendo nuestra pequeñez en el universo, decida rendir su intelecto al dios ombliguista, necesitado de cariño y terriblemente miope de la biblia. Lo siento mucho, pero me parece rarísimo. Puestos a hablar de deidades, obviando que las griegas o nórdicas son infinitamente más interesantes (también sus mitos son mucho más geniales que los de la biblia), un dios creador (o varios) en el inicio que no interviene nunca más en la realidad ni en los asuntos humanos se sostiene mucho más que el dios de Abraham, Pablo y Mahoma, aunque a usted no le guste. Desde luego, funciona mucho mejor con el sofisma de «no-puede-usted-demostrar-que-dios-no-existe». Al fin y al cabo, hablaríamos de una deidad que sólo podemos suponer y de la que no conocemos sus atributos (y que no requiere nuestra servidumbre porque no interviene). Pero el dios de la biblia es fácilmente desmontable y no digamos ya la religión cristiana (desde los robos a otras religiones hasta los inventos causados por circunstancias documentadas).

Me temo que en este asunto nunca podríamos ponernos de acuerdo.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en que nuestro desacuerdo podría ser interminable, aunque sí es un debate interesante. Desde el punto de vista teórico el dios creador que no interviene nunca es el más fácil de considerar, pues no puede entrar en contradicción con nada ya conocido, aunque es en sí mismo una paradoja (si un ser superior pudo crearlo todo, entonces también tendría poder para intervenir, ¿por qué no lo hace?, ¿se lo ha prohibido a sí mismo?, en tal caso ¿podría cambiar de idea?).

En mi caso cambié de perspectiva por experiencias propias, personales, que se viven o no se viven. A través de los razonamientos o las palabras de otra persona creo que jamás hubiera cambiado de opinión. En todo caso, no se anula el juicio: la creencia en el "dios personal" (una curiosa forma de llamarlo) no se derrumba necesariamente al someterla a un análisis crítico, es sólo que si se sopesa sin que la creencia esté latente se aparece simplemente como un absurdo total, mientras que si se hace desde la propia creencia, entonces todo encaja (o al menos, eso piensa quien cree).

Pero bueno, no quiero emborronar más tu blog literario con digresiones de este tipo. Tengo la impresión de que al menos nos hemos "puesto en desacuerdo" como también decía Cortázar (R71), que no está mal.

Salu2

Gabriel Noguera dijo...

Bueno, un ser creador podría perfectamente no ser omnipotente o bien no tener ningún interés en la realidad una vez creada. Cosas de seres superiores.

Por otra parte, mal vamos si la creencia ha de ser un a priori.

Anónimo dijo...

Omnipotente tal vez no, pero si tiene la superpotencia de hacer todo lo que vemos, lo bastante potente como para intervenir yo creo que sí. La segunda hipótesis (falta de interés) me parece muy plausible.

De acuerdo, mal vamos, pero de algún modo la religión, de una forma u otra, siempre ha estado presente en el ser humano, así que esa creencia, al menos en forma de anhelo, parece apriorística e incluso congénita (aparecía en culturas inconexas entre sí) o acaso sólo humana. Algunos ven en ella una prueba de la existencia de un Algo superior, otros simplemente la constatación de lo "jodidos" que estamos.

Dejémoslo en que haría falta una cierta "predisposición", a menos que uno mismo presenciara un hecho sobrenatural de manera directa, lo cual podría no ocurrir en la vida de uno nunca. En cualquier caso, creo que también la no-creencia es un a priori de los que opinan que no hay nada.

Frente a la realidad incontestable del mundo, unos dicen esto-es-así-porque-sí-y-punto, mientras otros piensan tiene-que-haber-una-inteligencia-superior-o-lo-que-sea-detrás. Estos últimos serían los predispuestos, y por mucho que la Ciencia haya avanzado de manera espectacular, los grandes interrogantes del ser (como bien sabes) siguen siendo un misterio.

Siento seguir incordiando, no pude resistir a la tentación de continuar (o "el efecto de ser un procrastinador con sobreacumulación de trabajo").

Salu2 de nuevo

Gabriel Noguera dijo...

No sé, no sería tan descabellado imaginar seres superiores que crearan mundos y nada más.

La creencia en vampiros también está bastante extendida en diversas culturas y no por eso inferimos que sean reales los espíritus de los muertos que se alimentan de los vivos. En cualquier caso, la búsqueda humana de la trascendencia está bastante bien explicada por la ciencia.

La no creencia sería el a priori lógico, o, si lo prefiere, racional, al menos en estos tiempos afortunados en los que vivimos, donde impera la ley de la ciencia y nuestro conocimiento aumenta día a día. A priori, la realidad no me da motivos para creer en un dios personal. Mucho menos en el cristiano, teniendo conocimientos de ciencia e historia. No hay espacio en la realidad para el dios de la biblia, igual que no lo hay para Odín (y eso que Odín mola bastante más).

Algunos interrogantes están muy mal formulados, por otra parte, y son una pérdida de tiempo por ello.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con la primera frase, pero eso de que el a priori lógico-racional es la no.creencia, no lo comparto. Por más que aumente nuestro conocimiento, sigue siendo tan plausible una(s) inteligencia(s) creadora(s) como la hipótesis de que somos un azar del devenir universal.

Tampoco se trata de qué Dios mola más, sino de si alguno en concreto es verdadero y no fruto de una ficción más o menos elaborada o antigua. Considera por un momento, por un sólo momento, que fuese verdad que un hombre resucitó y se apareció a sus amigos después de ser condenado a muerte. O que había una zarza ardiendo que no se consumía, y alguien, acercándose, logró hablar directamente con Dios (en caso de que exista y sea el judío-cristiano-musulmán), o que un analfabeto tenía revelaciones que se convirtieron en lo que hoy se conoce como Corán, y rige la vida de unos mil millones de personas en el mundo tantos siglos después (y estoy de acuerdo en que no es una cuestión de popularidad).

Comprendo que desde el sentido común todo esto parecen insensateces, pero si fuese verdad, ¿entonces qué?

Aunque volvemos a lo mismo: siempre lo veremos cada uno desde nuestra óptica. Por esa razón yo creo que lo importante es que nos respetemos y nadie (ni creyentes ni no creyentes, ni cristianos ni musulmanes, ni judíos, ni budistas, ni ateos, ni nadie nadie) considere que está en posesión de la verdad, o que tiene más razón que los demás.

Este debate sería más bonito en directo, porque estoy seguro de que ambos tenemos muchos más argumentos que en diferido pierden fuerza y fluidez. Lástima no parar ya por Málaga: hace unos meses tenía novia allí. Aunque bueno, eso suponiendo que a ti te hubiera agradado.

Feliz martes.

Gabriel Noguera dijo...

No, el a priori de la no creencia es el único lógico. Usted a priori no cree en seres verdes inteligentes de diecisiete centímetros y medio, con cuernos, que viven bajo tierra y sólo salen a la superficie los miércoles de luna llena, ¿verdad? A priori no cree en Sauron. O en dragones multicolores.

No puedo considerar nada de lo que propone porque va contra las leyes físicas. Igual que tampoco considero durante un momento que Zeus existiera realmente, se transformara en toro y raptara a Europa.

Son cuentos muy bonitos, pero sólo son eso: cuentos, historias ficticias.

Creo que fue Bill Maher quien dijo que en realidad los creyentes también son ateos: ateos del resto de dioses. Todos los creyentes piensan que las otras religiones son mitos, pero la suya, de alguna manera extraña y totalmente ilógica, es cierta. Es especial. Cuando el sentido común indica que es un mito más.

Siento lo de su noviazgo malagueño, espero que acabara de mutuo acuerdo.

Anónimo dijo...

Gracias, acabó de acuerdo unilateral, sin nada que sentir.

Las leyes físicas, ¿de dónde vienen? Hablar de su causa no puede contravenirlas. Y si hubiera excepciones, no por ello dejarían de ser reglas.

Para mí las otras religiones no son mitos, sino fruto de una misma búsqueda. Distintas maneras en que las culturas han buscado lo mismo, con mayor o menor tino.

Si un profeta, escriba, evangelista, etc. escribe un texto al modo de J.R.R. Tolkien podríamos equiparar ambos relatos, pero no si el primero (equivocado o no) se escribió de buena fe; es decir: creyendo en su veracidad.

Creo que fue Heinrich Böll quien dijo (por boca de uno de sus personajes) lo de "no me gustan los ateos, porque sólo hablan de Dios".

Insisto en que no pretendo convencer de nada. De hecho, odio el proselitismo en cualquiera de sus formas. De todas las personas que conozco sólo con dos amigos discuto este mismo tema alguna vez, a 2 contra 1 (los dos tienen una visión muy parecida a la tuya), y nadie convence de nada a nadie, aunque son discusiones divertidas.

Me queda clara tu visión. Ya te digo que yo mismo pensé así durante muchos años: que las religiones no son más que engaños del hombre por miedo a la muerte, a la vida, o a la realidad llana, sin más. A lo mejor me engaño habiendo cambiado de idea, pero yo sé mis motivos y no razono menos que antes. Respeto las demás visiones tanto como la mía misma, pero actualmente sólo puedo tratar de comprenderlas, que no compartirlas.

Saludos de nuevo, Gabriel, y suerte con tu carrera literaria (tengo algo más que la sensación de que esos anhelos que manifiestas llegarán a buen puerto).

Anónimo dijo...

por cierto que la obra de Böll (aunque seguramente la hayas leído) era una crítica acérrima al catolicismo.

Gabriel Noguera dijo...

Decir que las leyes físicas vienen de Dios es como decir que vienen de Xenu, tendrá que admitir esto. No es un argumento serio, es sacárselo de la manga. Y hablar de contravenirlas también. En las leyes físicas, de haber excepciones, serían excepciones que obedecerían también a leyes físicas. Lo contrario sería hablar de magia.

Le voy a dar un pequeño tirón de orejas, que lo que dice de que las otras religiones para usted no son mitos es hacer un pelín de trampa, parece la respuesta de un político. Si usted cree que su religión es la verdadera, por lógica ha de pensar que las otras están equivocadas y, por lo tanto, no son verdaderas. Mitos, vaya. Por muy bienintencionadas que sean. O son mitos (distintas maneras en que las culturas han intentado explicar blablablá) o son verdaderas.

En cuanto a lo de la veracidad, es verdad que Tolkien no creía que lo que contaba fuera cierto, pero tampoco podemos poner la mano en el fuego por los profetas. ¿Creía Mahoma de verdad que Dios había hablado con él o simplemente había vislumbrado el negocio? ¿Y Joseph Smith? ¿Y esa madre que sale en las noticias contando que mató a su hijo porque se lo ordenó Dios? ¿Qué diferencia hay entre esa señora y Abraham? ¿Que ahora existen psiquiatras? Creer en la buena fe de los ideólogos religiosos también es una cuestión de buena fe, valga la redundancia.

En cualquier caso, los que escribían de dragones supuestamente también lo hacían de buena fe e imagino que usted a priori no cree en dragones.

Por otra parte, la divinidad no es precisamente una de mis obsesiones. Me interesa más la mujer. Y el nazismo. Y los cocodrilos. Aunque, en principio, no hay mucha relación entre estos temas.

Gracias por sus buenos deseos, pero mucho me temo que mi carrera literaria sólo podría despegar con la ayuda de un par de centenares de dioses omnipotentes.

P.D: De Böll sólo he leído Opiniones de un payaso y Billar a las nueve y media.

Anónimo dijo...

Concretamente la cita es de Opiniones de un Payaso, y lo dice el protagonista. También yo sólo he leído 2. Al resto le respondo mañana, que hoy no me queda tiempo.

Anónimo dijo...

En el empirismo puro no se puede nunca afirmar que haya una relación "de necesidad" entre causa y efecto, precisamente porque las leyes físicas, enunciadas a través de observaciones empíricas, se basan siempre en la observación. Puede haber 1000 millones de casos en los que a una causa suceda un efecto según una ley física, pero esa ley no implica necesariamente que vaya a ser así, en los sucesos del futuro, todavía no observados, como afirmaba Hume. No es, por tanto, magia, sino ciencia pura. La ciencia sólo puede pronunciarse sobre lo que ha observado. El resto son meras inferencias. Si son inexorables o no, la propia ciencia no puede afirmarlo (aunque a menudo se haga).

No pretendía dar una respuesta diplomática ni sofista respecto de las otras religiones. Cierto que si hay una verdadera las otras no lo son. Pero si es verdad que hay Algo que subyace en todas, entonces todas tienen algo en común, aun si sólo fuese el anhelo de trascendencia. Las religiones más primitivas son exaltaciones de las fuerzas de la Naturaleza, pinturas o esculturas para fomentar la lluvia, la caza, o la prosperidad. Más adelante (cuando el hombre tiene capacidades nuevas) surgen politeísmos y dioses por todas partes. La tendencia parece cerrarse en el monoteísmo, siguiendo esa misma evolución. No digo que los politeísmos sean verdaderos, pero ¿acaso no será que todos los dioses no eran sino aspectos percibidos por parte de otras culturas de un único Dios? La hipótesis creo que es, cuando menos, plausible.

Respecto a la situación actual, si mis escasos conocimientos no me engañan, sólo han existido dos religiones monoteístas en la tierra de relevancia, y una de ellas es la judía, de la que derivó primero el cristianismo, y luego el Islam. De tal modo que el Dios judío es conocido prácticamente en todo el mundo, y es al que suele referirse el concepto "Dios" en la actualidad, desde el punto de vista religioso. Las diferencias entre las tres religiones del Libro son muy pocas. Jesús decía que todo lo que habían dicho los profetas anteriores a él era absolutamente cierto, y aunque contravino preceptos de la Ley de Moisés (al menos en apariencia), se proclamó defensor a ultranza de la Ley. Igualmente, Mahoma dice de Jesucristo que es el más grande profeta que ha aparecido en la tierra, y hasta corrobora su concepción virginal. El conflicto entre musulmanes y cristianos no tiene tanto sentido como se piensa, pues el Islam, aunque parezca increíble, procede del cristianismo. Personalmente no he leído el Corán entero, pero sí es algo que algún día quiero hacer, y por lo que he leído de éste tengo la sensación de que el profeta Mahoma no era falso como se dice (Dante lo sitúa en uno de los círculos más siniestros de su Infierno), sino verdadero. Otra cosa es la configuración del Corán en sí, en su forma acabada, y la veneración a éste al-pie-de-la-letra. Para mí, no es falso el islamismo ni el judaísmo. Respecto del resto, creo que son distintas maneras de acercarse a Dios. En el caso del budismo, a partir de la más profunda introspección. Cuando los hinduistas hablan del Om, para mí están hablando de algo parecido a lo que entendemos nosotros. Samsara, metempsicosis, resurrección... todas las culturas dan su versión del sentido de la vida, ¿por qué entenderlas como enemigas? ¿Por qué una tiene que negar a las otras? No hablo como los políticos: yo creo que todas tienen Su razón, ninguna posee la verdad completa. Ahora bien, sí puedo decir que personalmente soy cristiano, pero eso no me hace menospreciar a judíos, budistas, musulmanes. Más bien al contrario.

Anónimo dijo...


Y estoy de acuerdo contigo: o son mitos, o son verdaderas. Yo creo que hay una verdad en todas ellas, y una Verdad que ninguna de ellas ha llegado a alcanzar en su totalidad (o el hombre a entenderla).

Respecto a Joseph Smith, por lo poco que sé de él, ahí sí creo que estamos hablando de un falso profeta, al igual que en el caso de cualquier secta. No hay que confundir secta con religión. Pero eso también está escrito en los evangelios, y madre mía si hasta parezco un cura, haciendo citas "aparecerán falsos profetas diciendo Yo Soy, y engañarán a muchos". En la actualidad hay muchos Joseph Smith, si bien el éxito de éste ha llegado a cotas de popularidad mucho más destacables. Repito que hablo sin suficiente conocimiento, pero lo poco que he visto y leído me huele a tufo por todos lados.

Con esto creo que he respondido a tu pregunta. Mahoma sí creía en lo que escribía, otra cosa es cómo se conservara su mensaje, pues pasaron muchos años desde que él lo consignó a sus escribas hasta que fue recopilado, cosa que nadie sabía cómo hacer. ¿En qué me baso para pensar eso? En el propio tono de las palabras con las que está escrito el Corán, abriéndolo por cualquier página. Que haya personas con problemas psiquiátricos que cometan actos delictivos en nombre de Dios, o yihadistas, o gente que se aproveche y diga y escriba falsas revelaciones (como Vassula Rydén, María Valtorta, y un interminable etcétera), no quiere decir que todos los profetas de la historia sean falsos.

No creo en dragones. Fueron creados como ficción y no he tenido experiencia de ellos. Tampoco la divinidad es para mí ninguna obsesión, sino otra manera de ver el mundo distinta de la que tenía antes. Por cierto que tampoco creo en los psiquiatras, y a este respecto recomiendo "Monte Miseria", escrita por un psiquiatra. Ni en los psicólogos, que por cierto, muchas veces beben de fuentes religiosas para supuestas "nuevas terapias", y la gente acude como si aquello fuera "científico".


Perdón por el tocho. Ando muy mal de tiempo para revisar y/o sintetizar lo que he escrito. Respecto de su carrera literaria, bastaría con un solo Dios omnipotente, pero ya que no cree que lo haya, a lo mejor basta también con que tenga confianza en el porvenir, o en el destino. Otro día le diré lo que pienso, pero el potencial lo hay. Trabajo y talento, las dos cosas. ¿Qué no cuaja? Pues más trabajo, y a pensar en positivo.

Saludos

(madre mía, hasta he tenido que dividir el comentario para publicarlo)

Gabriel Noguera dijo...

Demasiado largo, sí. El caso es que nos estamos repitiendo. I said my piece, Chrissy, que decía Silvio en Los Soprano. No comparto su entusiasmo por la buena fe de ideólogos religiosos como Mahoma ni la diferencia entre falsos profetas y verdaderos. Tampoco la que ve entre secta y religión (en general, la única diferencia es el número de seguidores). Y la predicción de que vendrían falsos profetas no me parece un gran ejercicio de clarividencia, sinceramente, ha pasado desde que el hombre inventó las religiones.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo (o desacuerdo, según se mire). Creo que ha sido un debate interesante. Saludos, sigo por aquí!

Microalgo dijo...

Me duele la cabeza.