lunes, 19 de mayo de 2014

La Cenicienta

Cuentan que el Coca Juniors, equipo casi amateur, se clasificó para la final de la copa, lo que era una gran gesta para la región y los jugadores. La final se jugaba en unos días y los jugadores creían en sus posibilidades, ya que se sentían la Cenicienta de la competición. «Tenemos la simpatía de todos, pues se identifican con el equipo pequeño», se decían unos a otros. «No tenemos nada que perder, llegar a este “baile” ya es un gran éxito». Pero todos recordaban las palabras de Luis Aragonés, que en cierta ocasión dijo que las finales no se juegan, sino que se ganan. «Nadie recuerda a los segundones», pensaron. El día de la final, los nervios se apoderaron de los jugadores, que estaban decididos a hacer algo grande. Inspirados por los gestos épicos de películas de Hollywood como Braveheart, salieron al campo a jugar con la cara tiznada, como si fueran mineros a los que homenajearan o la propia Cenicienta. Todo el estadio aplaudió esta acción, pero el árbitro tuvo que cumplir el reglamento y expulsó a los jugadores, con lo que el Coca Juniors perdió el partido.

1 comentario:

Microalgo dijo...

¿El reglamento del fútbol no permite maquillarse? Pues más de uno creo yo que sale al campo con rimmel y colorete...