miércoles, 7 de mayo de 2014

A las armas, Serge

A las armas, pequeño judío. O a los brazos de las más hermosas mujeres, más bien. La rubia, icono francés. La inglesita. Bambou, que era familiar del mariscal Paulus, el que se rindió en Stalingrado (la última ironía del pequeño judío). Hablemos de tener a las más hermosas mujeres, de dar una bofetada a los demás. Hablemos de ofender con la fealdad. Hablemos de negarse a bajar la cabeza. Porque tú no querías pasar desapercibido, te rebelaste ante todo y ante todos. Pero tampoco te interesaba ganar, pensabas con tres infartos encima, consumido por el alcohol y los cigarrillos; ganar no era tan importante como incordiar a todos esos aburridos.

1 comentario:

Microalgo dijo...

Pues para lo feo que era ligó un montón, el gabacho. Aprendamos, aprendamos...